La inmersión de los productos en una enfriadora rotativa, hasta ahora el método de refrigeración más popular en Estados Unidos, provoca la absorción de agua adicional. El procesador estadounidense Bell & Evans lo explica así: “Con los sistemas de refrigeración convencionales, los pollos absorben hasta un 12% de su peso corporal en agua clorada añadida. Esta agua se “escurre” fuera de la carne y queda atrapada en la almohadilla que coloca en la mayoría de los envases de pollo fresco”.
Sabor
En Norteamérica, las palabras “refrigeración por aire” pueden dar a los consumidores potenciales la idea de que el producto final es más seco y menos higiénico. El procesador estadounidense Bell & Evans dice: “Nuestro método 100% Refrigerado por Aire significa que no se necesita agua helada clorada, por lo que los jugos naturales de los pollos nunca se diluyen ni se sustituyen. Pero, esa no es la única ventaja. Nuestro método 100% Refrigerado por aire resalta el sabor natural del pollo y ablanda la carne. También reduce la manipulación y los residuos medioambientales”.
Higiene
En Norteamérica, se añaden productos químicos desinfectantes en el depósito de agua para mejorar la calidad microbiana. La refrigeración por aire no necesita productos químicos y, aun así, consigue mantener el proceso súper higiénico.
Automatización y trazabilidad en línea
Por lo general, el recambio de productos en la salida de una enfriadora rotativa implica a unas 15 personas. La refrigeración por aire mantiene el proceso completamente en línea con menos necesidad de mano de obra. También hace que el proceso completo sea más rastreable. La trazabilidad de principio a fin, combinada con la seguridad alimentaria, ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades de los clientes y consumidores norteamericanos.