Procesamiento de pescado blanco: ¿desafío u oportunidad?

1. Flexibilidad del equipo para convertir existencias inestables y variaciones estacionales en oportunidades de mercado

Los pescados blancos de captura de todas las especies enfrentan los impactos de los cambios ambientales que afectan las temperaturas oceánicas, los contaminantes, las poblaciones y sus desplazamientos. Aunque las fluctuaciones en las zonas y volúmenes de pesca siempre han sido un reto para los pescadores y procesadores, en los últimos años el cambio climático ha intensificado esta presión a niveles sin precedentes. Los pescadores se enfrentan a cambios en las cuotas de captura y a un mayor esfuerzo en la gestión global de la pesca, por ejemplo, CATCH, trazabilidad y regulaciones para reducir la pesca ilegal y garantizar la sostenibilidad tanto del recurso como de la industria. Además de los factores ambientales, los acuerdos y riesgos comerciales están obligando a los procesadores a replantear su acceso a los mercados, tanto para pescado blanco de captura como de cultivo.

Entonces, ¿dónde está la oportunidad? En el procesamiento, los procesadores de pescado blanco pueden abrir nuevos mercados con especies antes poco demandadas y aumentar su enfoque en el pescado blanco cultivado, como el bacalao y la lubina.

Un aspecto crucial para transformar este desafío en una gran oportunidad de expansión es contar con una línea de procesamiento capaz de adaptarse rápidamente para manejar múltiples especies y diferentes pesos con el mismo equipo. Mantenga su línea flexible con soluciones avanzadas como la Plataforma de Fileteado Curio C-2011, una fileteadora dinámica que, según su configuración, puede procesar pescado blanco desde 400 g hasta 16 kg con la misma precisión y consistencia. Su diseño permite ajustes y limpieza sencillos, lo que facilita cambiar entre especies como bacalao, merluza, abadejo y eglefino con un tiempo de inactividad mínimo. Con el equipo adecuado, los procesadores de pescado blanco pueden aprovechar las fluctuaciones del mercado y de la materia prima.

2. La automatización convierte el desafío de la escasez de mano de obra en una ventaja competitiva

A medida que aumenta la popularidad del pescado blanco en todas sus variedades —el informe Global Aquaculture Outlook 2025 de Rabobank prevé un crecimiento anual del 2,5 %—, los procesadores tienen una oportunidad creciente de ampliar su participación en el mercado y mejorar su rentabilidad. Sin embargo, paradójicamente, mientras crece la demanda de productos de pescado blanco, disminuye la disponibilidad de personas dispuestas a trabajar en las plantas de procesamiento. Para seguir siendo competitivos, atraer y retener talento es fundamental. Surge entonces la pregunta: ¿cómo pueden los procesadores adaptar sus operaciones para responder a las expectativas de la fuerza laboral actual?

Quienes construyen nuevas plantas pueden usar el diseño arquitectónico para crear espacios más modernos y amigables para los empleados. Pero esa no es la única opción. Al reducir la dependencia de tareas repetitivas, mejorar la ergonomía de los puestos de trabajo e incrementar los niveles de automatización en las líneas de procesamiento, empresas de todos los tamaños pueden disminuir su necesidad de mano de obra y ofrecer mejores oportunidades de desarrollo a su personal.

Las oportunidades que brinda la automatización y la robótica en las líneas de procesamiento son múltiples:

• Reducir la cantidad de operarios en producción
• Mejorar la inocuidad alimentaria al minimizar la manipulación manual
• Aumentar el rendimiento gracias a cortes, pesos y recortes más precisos y uniformes
• Optimizar la flexibilidad de producción
• Mantener un flujo de producción constante
• Mejorar la calidad del producto final

Las soluciones automatizadas actuales, como la Descabezadora Curio C-3027, capaz de descabezar con precisión una amplia gama de especies de pescado blanco, y la gama Despieladora MAJA ESB 4434 Pescado blanco, que pela suavemente filetes frescos de forma automática y en línea, no solo mejoran el rendimiento mediante un uso optimizado de la materia prima, sino que también fortalecen la sostenibilidad del sector.

3. La trazabilidad garantiza cumplimiento normativo, mayor inocuidad y mejor gestión pesquera

¿Agregar tecnología digital o seguir con sistemas en papel? Los procesadores utilizan datos para cumplir regulaciones, generar reportes de auditoría, gestionar estándares de proveedores y tomar decisiones estratégicas que impulsan el negocio. Pero los resultados dependen de la calidad y disponibilidad de los datos.

Los sistemas digitales automatizan la recolección de información en tiempo real, lo que permite alcanzar la excelencia operativa y la confianza de los auditores. Por eso, al evaluar los registros manuales de manera objetiva, es fácil ver cómo los sistemas basados en papel, dependientes de la entrada manual, ralentizan la operación con datos poco confiables y de difícil acceso.
Las tareas repetitivas —como registrar detalles de producto recibido— son propensas a errores humanos y generan estrés adicional. Es prácticamente imposible confiar plenamente en la exactitud de los datos al realizar retiradas de producto o tomar decisiones estratégicas. La recopilación manual de datos limita la eficiencia y el crecimiento futuro. Los sistemas digitales proporcionan registros confiables y precisos, además de una mejor experiencia laboral, con tareas más fáciles de aprender y un uso más eficiente de las habilidades del personal.

Incluso el sistema electrónico de códigos de barras más simple puede mejorar el seguimiento y la trazabilidad del producto. El software de procesamiento de alimentos de JBT Marel hace que los datos sobre temperatura, origen del producto y gestión de pedidos y distribución al final de la línea sean fácilmente accesibles. La inocuidad alimentaria alcanza su máximo nivel cuando es posible rastrear la materia prima desde su recepción hasta el despacho, correlacionando cada lote para permitir retiradas rápidas y específicas, auditorías precisas, cumplimiento normativo simplificado y etiquetado detallado.
“A veces llegan auditores que conocen a Marel, y eso de inmediato les da tranquilidad”, comentó Enoch Robinson, Gerente Técnico de JK Thomson, Escocia. “Si alguien te entrega un código de barras y cuatro horas para hacer la trazabilidad, normalmente lo puedes resolver en tres o cuatro minutos.”

Automatizar la recopilación de datos clave en etapas críticas del procesamiento ahorra tiempo, mejora la precisión y le brinda información confiable sobre la captura, las ubicaciones, las fechas y la calidad del pescado, lo que permite una planificación y toma de decisiones más informada para mantener su negocio adaptable y rentable.

No cabe duda de que los procesadores de pescado blanco enfrentan desafíos en todas las áreas: desde la confiabilidad de las capturas hasta la retención de personal y los riesgos de mercado. Mantener la competitividad exige flexibilidad tanto en las estrategias empresariales como en las líneas de procesamiento. Aunque adaptarse puede llevar tiempo, las oportunidades para acceder a nuevos mercados y ampliar la gama de productos están al alcance.
Y lo mejor es que ya existe la tecnología necesaria para respaldar el crecimiento sostenible y garantizar que puedas ver la oportunidad que se esconde detrás de cualquier desafío.

¿Está listo para formar parte del futuro?