Hazeldene's Chicken Farm, con sede en Bendigo, en el estado australiano de Victoria, estaba a punto de poner en marcha una nueva planta secundaria de procesamiento avícola.
Proceso secundario totalmente nuevo
Marel debía suministrar, instalar y poner en marcha una nueva línea de procesamiento secundario automatizado, en la que los equipos debían ser supervisados y controlados con el software Innova PDS.
Llega el Covid-19
En la instalación y puesta en marcha de los equipos, fabricados en Dinamarca, Islandia, Países Bajos y Reino Unido, participarían hasta treinta técnicos europeos, algunos de los cuales ya se encontraban en el emplazamiento cuando comenzaron los confinamientos por el Covid-19. Todos tuvieron que volver a casa a la mayor brevedad y, por supuesto, los especialistas europeos ya no podían volar a Australia. Dado que la crisis de Covid-19 dio lugar a un enorme aumento de las ventas minoristas en Australia, Hazeldene's expresó el deseo de instalar y poner en marcha la mayor cantidad posible de equipos, con el menor retraso posible. La empresa quería satisfacer la demanda de sus clientes y, al mismo tiempo, garantizar la continuidad de la actividad durante la crisis del Covid-19.