Al automatizar el proceso de clasificación, la mano de obra se reduce al mínimo. Además del aspecto económico, se elimina el error humano, aumenta la precisión y se reduce al mínimo el sobrante. Lograr niveles más altos de higiene, seguridad alimentaria y trazabilidad se vuelve más sencillo.
Las clasificadoras Marel son ideales para medir y distribuir la materia prima en distintas ubicaciones. La medición puede ser muy beneficiosa a la hora de distribuir la materia prima a los pasos posteriores del proceso, donde se optimizan todas las líneas para un tamaño específico. También se puede distribuir una cantidad específica de unidades por minuto a cada ubicación, garantizando un uso pleno de los equipos que reciben la materia prima, como p. ej., la línea de troceado.