5 preguntas sobre la clasificación visual en el procesamiento avícola

IRIS es un sistema extremadamente flexible. Puede instalarse hasta en cuatro lugares distintos de la fábrica, cada uno de ellos con diferentes ventajas. Jeroen Pol, especialista en productos avícolas de Marel, afirma: “Casi inmediatamente después de su llegada, IRIS DF ya puede evaluar visualmente los productos, incluidas las plumas, para determinar la calidad de todo el lote.. En la fase posterior, incluso antes de la fase de refrigeración, los productos tienen una presentación óptima con las alas y las patas estiradas, de modo que IRIS EV puede realizar correctamente su trabajo de detección en esa ubicación”. Se evalúan la forma, el color y la textura para detectar defectos como hematomas, fracturas, lesiones cutáneas, restos de plumas y materia fecal.

Tras la refrigeración, IRIS GDR también puede ver los productos en su forma final, para determinar su destino final: ¿serán muslos de pollo en un envase a granel o serán filetes pesados con precisión en una bandeja? En una fase posterior, IRIS NT puede examinar aún mejor piezas individuales del pollo, como las alas. “Independientemente de la ubicación de IRIS en el proceso, la evaluación visual es superrápida; se tarda menos de un segundo en tomar decisiones importantes sobre un pedido pendiente de un cliente”, dice Jeroen Pol.
Incluso en la fase final de procesamiento, cuando los filetes se transportan en una cinta, es posible aplicar la clasificación visual para la evaluación de la calidad y la distribución. En combinación con los sensores de producto, Innova PDS y un sistema de distribución de filetes, la cámara IRIS FI (inspección de filetes) de Marel es capaz de filtrar los productos que no cumplen los criterios.

El equilibrio de las carcasas, o la necesidad de utilizar todas las piezas de un animal de forma rentable, es un pilar de la sostenibilidad en la industria alimentaria. En todo el planeta crece la conciencia sobre el equilibrio de las carcasas en la industria avícola. Para un número cada día mayor de personas, no tiene sentido utilizar únicamente la carne de la pechuga de pollos cuidadosamente criado y menospreciar el resto, ya que es un alimento perfectamente comestible y rico en proteínas. Una pequeña parte dañada no puede ser la razón para degradar completamente un pollo entero; eso no es muy sostenible.

La clasificación visual es la herramienta ideal para lara lograr el máximo equilibrio de las carcasas: la evaluación precisa en el momento y el lugar adecuados permite el uso óptimo de todas las partes del pollo para obtener un producto final valioso. Ninguna pieza queda sin usar; no se desechan los productos de menor calidad visual. Por el contrario, estas piezas perfectamente comestibles pueden transformarse en productos cárnicos picados o salchichas de alta calidad. Y, por supuesto, los productos de calidad A tienen todas las opciones abiertas para el proceso posterior. Pasarán a los flujos de producción habituales, ya sea como producto entero o troceado. De este modo, la clasificación visual añade un enorme valor al uso sostenible de cada producto, independientemente de su calidad.